Naces. Creces. Te reproduces. Mueres. Al menos eso nos han hecho creer. Pero estas reglas no se aplican al cine de terror. El cine de terror nace, crece, se adapta y se reproduce. Nuevos tiempos, mismos miedos. Hereditary es un ejemplo perfecto. 1999, rescate en handycam 1999, un par de tarados con mucho morro se van unos días al bosque y consiguen una de las películas de género más influyentes, exitosas y reconocidas del siglo pasado. Allí todo era nuevo y vibrante. Bueno, casi todo, que ya habíamos visto algo de found footage en la deliciosa El príncipe de las tinieblas de John Carpenter. A partir de ahí, cientos (¿miles,…
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